jueves, 4 de abril de 2013

El Evangelio de hoy.

Día litúrgico: Jueves de la octava de Pascua


Texto del Evangelio (Lc 24, 35-48): En aquel tiempo, los discípulos contaron lo que había pasado en el camino y cómo habían conocido a Jesús en la fracción del pan. 
Estaban hablando de estas cosas, cuando Él se presentó en medio de ellos y les dijo:
"La paz con vosotros". Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero Él les dijo: "¿Por qué os turbáis y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo". 
Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: "¿Tenéis aquí algo de comer?". Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos. 

Después les dijo: "Éstas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: `Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí´". Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: "Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas". 


PALABRA DE DIOS 


Reflexión

Sólo vivimos en paz interior si continuamente tenemos cierta la Resurrección de Cristo. Cuando perdemos la paz interior es porque nos olvidamos de que seguimos a Dios Vivo y Resucitado, y seguimos sólo a ídolos de madera, de riqueza o de pasiones.

La devoción a imágenes de madera nos dará paz sólo en cuaresma o en septiembre, pero la devoción a Jesús Sacramentado nos la dará todo el año.


Santiago César González Alba
Vicario Parroquial de Santa María del Alcor

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